A partir de ahí vinieron todas las demás, las de Yoga, la de Kundalini, la de Yoga Embarazo, la de Lectura del Aura, la de Masaje Tahilandes, la de Imposición de manos.

También me adentré un tiempo en el Chamanismo y en la Tradición Iberocelta  Reclaiming

Con la riquísima experiencia que me trajo todo lo que iba viviendo, experimentando y transformando  en mi. Se fue abriendo naturalmente la pregunta de,¿cómo poder poner todo esto al servicio de la vida?

Poco a poco se fue develando el qué y el cómo…

Cuando me juntaba en diferentes círculos, encuentros, sanaciones, rituales, retiros o temazcales.. podía sentir el gran aporte que recibíamos todas, cuando nos  juntábamos entre mujeres. 

Cuanto más dulce, alegre y seguro era vivir la situación que estuviéramos atravesando al compartirlo con otras. Cómo esa compañía femenina se transformaba en una red, donde te dejabas de sentir sola y cualquier proceso que estuvieras atravesando, se hacía mucho más fácil de vivir.

A la vez cuando daba clases de Yoga podía ver la otra cara. Con cuánta dureza y exigencia nos tratamos las mujeres en general, intentando lograr una perfección impuesta socialmente, con capa de super woman incluida.

Que poco espacio en el día a día nos damos para nuestras necesidades. No así para el trabajo, la casa, los hijos, con el resto sí! grandes esfuerzos para llegar a ser, buena madre, buena esposa, hija, amiga, profesional, etc,etc.